viernes, 6 de mayo de 2011

"YO SOY NICOLAS COPERNICO POR:LUIS RIFO-ABNER SILVA

NICOLAS COPERNICO
      fui El creador de la astronomía moderna nací en Torún el 19 de Febrero de 1473.
Lo que todavía no ha sido posible precisar con certeza son las escuelas en las que recibi mi primera enseñanza. La opinión general coincide en que mis primeras letras las realize en la escuela municipal adyacente a la Catedral de San Juan. en esta escuela poseía algunas tradiciones en la enseñanza de la astronomía.
Posteriormente, Copérnico estudie en la escuela de los Hermanos de la Vida en Común, en Chelmo.
En el año 1491, Copérnico comenzaré a estudiar en la Universidad de Cracovia. Durante sus cuatro años de permanencia en dicha universidad, estudió en la Facultad de Artes Liberadas, cuyo programa podía considerarse básico para la formación universitaria e incluía una sólida formación matemática. Es posible que también asistiese a las clases de astronomía.















Para la formación científica de Copérnico, lo importante fue la adquisición de conocimientos matemáticos y el descubrimiento de las contradicciones existentes en la teoría astronómica ensalzada.
Tampoco hay que subestimar la influencia que sobre su futura actividad habría de tener el clima científico del lugar. La Academia de Cracovia era famosa en Europa precisamente por las matemáticas. En sus contactos directos con los astrónomos de Cracovia, Copérnico tuvo oportunidad de conocer, en el nivel más elevado, los problemas de la astronomía geocéntrica. Asistía a las clases extra-universitarias de Wojciech de Brudzewo, y de manera similar, adquirió seguramente los necesarios conocimientos sobre el arte de la observación astronómica.
Toda la obra posterior de Copérnico nace orgánicamente de la tradición de la escuela cracoviana de astronomía. De esto era consciente el mismo astrónomo.
En 1495, Copérnico abandonó Cracovia para emprender viaje a Frombork, nombrado canónigo del capitulo de Warmia. Su permanencia en Warmia no fue prolongada, ya que en 1496, partió para estudiar Derecho en la célebre Escuela de Juristas de la Universidad de Bolonia. Sus estudios allí se prolongarían hasta el año 1500, pero sin absorber por completo su atención, en detrimento de sus estudios humanistas y de la pasión de su vida: la Astronomía.
Durante su estancia en Bolonia Copérnico estudió astronomía con el profesor Domenico María Novara. Es significativa la observación efectuada por Copérnico el 9 de marzo de 1497, probablemente en compañía de Novara en la cual la Luna cubrió entonces a la estrella de primera magnitud, Aldebarán, en la constelación de Tauro. Esta observación aprovechada luego en su obra cumbre, demostró que el paralaje de la Luna, y en consecuencia su distancia de la Tierra durante los cuartos, no cambiaba con relación a la fase llena, contrariamente a lo previsto en el modelo de Tolomeo. Era un paso muy importante en la vida científica deCopérnico: probaba que era posible poner en duda las afirmaciones de reconocidas autoridades, apoyándose en los resultados de observaciones realizadas racional y premeditadamente.
Después de una corta estancia en Roma (1500), Copérnico regresó a Polonia para solicitar al capitulo una autorización para seguir estudiando en Padua, famosa entonces por su escuela de Medicina. Lo más provechoso de su estancia en Padua fue sin duda su contacto con la filosofía y la filología humanistas, de las cuales esta ciudad era un importante centro. Allí conoció la lengua griega y profundizó en sus conocimientos de literatura clásica.Fue alrededor de esta época cuando comenzó la fase constructiva de la Revolución Copernicana, es decir, la búsqueda de soluciones geométricas que, aplicadas a la astronomía cumpliesen con los postulados de homogeneidad y de armonía del Cosmos y librasen a esta ciencia de incoherencias como la del ecuante.
Vuelto de Italia, Nicolás Copérnico residió en el castillo de Lidzbark, sede del obispo de Warmia. En Lidzbark preparó Copérnico sus Fundamentos de la Astronomía, cuyo título original era: Nicolai Copernici de hipothesibus motum coelestium a se constitutis commentariolus, conocido mundialmente con el nombre de Commentariolus. Es un pequeño tratado donde se expone por primera vez la Teoría Heliocéntrica. No conocemos a ciencia cierta ni las circunstancias ni la fecha exacta en que surgió esta obra. Tampoco podemos estar seguros sobre su título original. El tratado no lleva fecha alguna. Sólo gracias a los estudios de L.A. Birkenmajer se pudo establecer con aproximación la época en la que apareció. Estos estudios permiten suponer que el Commentariolus fue redactado alrededor del año 1507. No estaba destinado a la imprenta, sino que circuló en unas pocas copias manuscritas principalmente, si no exclusivamente, en Cracovia.
El Commentariolus contiene al comienzo una referencia al «principio fundamental del movimiento absoluto», es decir, del movimiento uniforme y una crítica de los sistemas astronómicos imperantes hasta entonces.
La parte detallada del Commentariolus está desprovista de demostraciones matemáticas, destinadas a un tratado más extenso. Comienza con una descripción del sistema heliocéntrico, el primero en la historia de la ciencia con el ordenamiento de los planetas de acuerdo con su distancia al Sol. Esto le permitió a Copérnico comprobar la relación, por el momento sólo cualitativa, entre la velocidad del movimiento de traslación del planeta y su distancia al Sol.




Las nuevas bases de la astronomía, o sea el triple movimiento de la Tierra y el sistema planetario heliocéntrico, no modifican los detalles de la teoría del movimiento de la Luna. Sin embargo, la vieja teoría adolecía de errores ya advertidos por Copérnico y cuya crítica era al menos uno de los puntos de partida para la formulación de la nueva astronomía.
En el Commentariolus también fueron libradas del ecuante las órbitas de los planetas. Desaparecieron de la teoría de los planetas los grandes epiciclos, que en la astronomía geoestática suplían, a la órbita terrestre. Al igual que para la Luna, Copérnico introduce para los planetas un pequeño epiciclo que, junto con el deferente, cumple con la función de círculo excéntrico.
Todas las órbitas planetarias del Commentariolus se caracterizan por la constancia de excentricidades, es decir, dimensiones constantes del epiciclo, a excepción de Mercurio; y por una posición constante de la línea de los ápsides. Copérnico abandonó pronto estos postulados, tomados de la astronomía medieval. Tampoco tardó en comprobar que la anunciada presentación detallada de la nueva teoría exigía un aparato más complejo que el bosquejado en el Commentariolus.
Hacia 1520 comenzó a escribir la obra cumbre de su vida, una amplia exposición de la astronomía heliocéntrica, continuando al mismo tiempo sus observaciones, cuyo método no se diferenciaba demasiado de los usados generalmente en la época, y en las cuales empleaba instrumentos tradicionales.














Un invento de Copérnico fue, en cambio, la Tabla Solar, ideada alrededor del año 1517 en el castillo de Olsztyn, que se ha conservado parcialmente hasta hoy.
En el medio centenar de observaciones que conocemos gracias al De Revolutionibus y a las pocas notas del astrónomo que se han conservado, no se observan formulaciones muy precisas. Es evidente, en cambio, que todas las observaciones responden a un programa previamente establecido, y a necesidades de orden teórico.
No es casualidad que las observaciones y las especulaciones de Copérnico sobre la teoría del movimiento aparente del Sol hayan coincidido con el reanudamiento de la discusión acerca de la reforma del calendario. El error que afectaba al calendario juliano, debido a una inexacta apreciación de la duración del año llegó en el siglo XVI a diez días. De su corrección se ocupó, en el Concilio de Letrán, una comisión especial convocada a instancias del Obispo Pablo de Middelburgo y dirigida por él. Pablo de Middelburgo fue también autor de dos memoriales, de los años 1513 y 1516, que se referían a la reforma. En el segundo memorial se hace referencia a los sabios e instituciones que enviaron su parecer sobre la necesidad y la manera de llevar a cabo la reforma, uno de cuyos autores mencionados es Nicolás Copérnico.
































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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